El apagón nacional del 28 de abril de 2025 dejó a buena parte de España —y también a Portugal y zonas del sur de Francia— sin electricidad durante horas, paralizando trenes, aeropuertos y semáforos, y obligando a hospitales y servicios de emergencia a recurrir a generadores. El operador Red Eléctrica (REE) atribuyó el suceso a una “oscilación extraordinaria” en la red europea, descartándose de momento sabotaje o fenómenos meteorológicos extremos. El episodio ha reavivado el debate sobre la vulnerabilidad de un sistema eléctrico altamente centralizado y ha puesto en primer plano una solución: ampliar el autoconsumo con placas solares y almacenamiento distribuido. Con unos 8,6 GW de potencia fotovoltaica en autoconsumo a finales de 2024 —frente a los 19 GW que el PNIEC fija como objetivo para 2030— España ya ha dado pasos importantes, pero aún insuficientes. Este artículo explora qué ocurrió, por qué una red basada en generación distribuida solar habría mitigado el impacto y cuáles son los retos para acelerar la transición.
A las 12:30 h, la demanda eléctrica peninsular se desplomó de más de 27 GW a cerca de 15 GW, según los registros de REE, y el suministro tardó entre seis y diez horas en recuperarse por completo. Ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla o Zaragoza quedaron a oscuras; el tráfico se colapsó y se suspendieron los servicios ferroviarios y los cajeros automáticos euronews. El Ministerio del Interior declaró la emergencia en varias comunidades autónomas y se movilizaron interconexiones con Francia y Marruecos para acelerar la reposición del suministro infobae.
Aunque circuló la teoría de que el incidente lo provocó una “vibración atmosférica inducida” por bruscos cambios de temperatura, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y el meteorólogo Roberto Brasero la descartaron por falta de evidencias de fenómenos extremos ElHuffPost. Tampoco se observaron indicios de ciberataque, como confirmó el Consejo Europeo y los centros nacionales de ciberseguridad de España y Portugal.
El apagón evidenció la dependencia de la red de transporte de alta tensión y la concentración de generación en grandes nodos. Un fallo, sea técnico o externo, propaga inestabilidad a todo el sistema — lo que los operadores denominan “contagio de frecuencia” — y obliga a desconectar líneas para proteger equipos. REE ya ha advertido que gestionar picos de demanda y perturbaciones será más complejo si no se refuerza la resiliencia con generación distribuida, almacenamiento y digitalización de la red Endesa Estrategia Energética.
Además, la propia expansión “desordenada” del autoconsumo puede aportar otros riesgos si las instalaciones no se adaptan a los nuevos códigos técnicos; el Ministerio para la Transición Ecológica exigirá próximamente que los propietarios de instalaciones de 0,8 kW a 100 kW actualicen sus configuraciones de protección para ayudar a estabilizar la red en caso de perturbaciones - El Economista.
Las placas solares instaladas en tejados residenciales, industriales y agrarios generan electricidad in situ, reduciendo la energía que viaja por la red de transporte y, con ello, la sobrecarga de las líneas en momentos críticos. Estudios de la IEA señalan que la fotovoltaica distribuida es la tecnología renovable que más rápidamente puede ampliarse —cada día de 2023 se invirtieron más de mil millones de dólares en solar en todo el mundo— y que su modularidad mejora la robustez de los sistemas eléctricos frente a fallos de gran escala - Agencia Internacional de Energía.
En España, la energía solar fotovoltaica batió récords de producción por sexto año consecutivo en 2024, con un crecimiento anual del 18,9 % y una cuota renovable total en el mix del 56 % — la mayor de la historia del país - Red EléctricaLa Vanguardia -. REE calcula que el 28 de abril, aun en mitad del apagón, la generación renovable representó el 74 % de la energía producida, lo que permitió acelerar la recuperación del sistema cuando se reactivó la red de alta tensión - Red Eléctrica.
Según el informe anual de APPA Renovables, en 2024 se añadieron 1.431 MW de autoconsumo, un 26 % menos que en 2023, dejando la potencia total en 8.585 MW — muy lejos aún de los 19 GW fijados por el PNIEC para 2030 - Ministerio de Transición Ecológica. Si ese objetivo se hubiese alcanzado ya, alrededor de 10 GW adicionales de fotovoltaica distribuida podrían haber cubierto hasta un tercio de la demanda peninsular instantánea del mediodía del lunes, reduciendo la necesidad de importar electricidad y acelerando la reconexión de zonas afectadas.
El PNIEC actualizado en 2024 también prevé 22,5 GW de almacenamiento y 62 GW de eólica para finales de la década, lo que aumentará la flexibilidad del sistema y permitirá que el 81 % de la generación sea renovable en 2030. Sin embargo, los retrasos regulatorios, la burocracia autonómica y la caída reciente del ritmo de nuevas instalaciones amenazan ese calendario - pv magazine España.
El apagón del 28 de abril no sólo fue una alarma sobre la fragilidad de un sistema eléctrico centralizado; también mostró la ventana de oportunidad que representan las placas solares y el autoconsumo para construir una red más resiliente, participativa y limpia. Con una estrategia decidida —simplificación normativa, incentivos al almacenamiento, modernización de la red y apoyo a comunidades energéticas— España podría duplicar la potencia solar distribuida antes de 2030 y, de paso, reducir sus importaciones de combustibles fósiles en más de 80.000 M€ durante la próxima década. Convertir cada tejado, fábrica y comunidad en un pequeño generador no evitará todos los apagones, pero sí hará que el próximo sea menos oscuro, más breve y mucho menos costoso para la sociedad.